Eran llevados por un sujeto con el pelo engominado y con delantal pulcro; pantalón de vestir (gris) y mocasines negros.
Estas señas particulares delataban la ñoñez del portador.
Los había con llave; hecho que los convirtió en los precursores de la hoy tan mentada seguridad y del sentido de pertenencia.
No podemos dejar de rendir homenaje a las víctimas de padres de importante y obsesiva ñoñez, que obligaban al chico macanudo a muñirse de este objeto tan macabro; convirtiéndolo en el hazmerreír de todo el alumnado.
Por eso, desde este humilde espacio, recordamos al vapuleado Portafolios Escolar y reivindicamos a aquellos niños que fueron obligados a concurrir a la escuela con ese símbolo de la vergüenza.
Askatasuna
Moth
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